Durante muchos años me han llamado la atención, por su disciplina, todas las mujeres que llevaban sombrerito a la playa y no se lo quitaban en todo el verano. Desde hace 2 temporadas, yo tampoco me lo quito. Hasta ese momento pensaba que se trataba de una medida para proteger la piel del rostro, y que con la crema bastaba. Tardé mucho tiempo en comprender de que mi cabello y cuero cabelludo eran los grandes perjudicados en verano.
Os confieso que antes lo exponía a interminables horas de sol, cloro y agua de manera casi salvaje, pensando que mi color dorado alcanzaría así el fulgor de unas mechas californianas naturales e incluso volvería a resplandecer como cuando era niña. ¿Y sabéis lo que estaba haciendo realmente? Envejecer la calidad de mi cabello prematuramente, aunque esto era solo el principio de una larga lista de daños.
La lista de daños
Sí bien la caída estacional de cabello suele manifestarse a la vuelta del verano, no dudéis que no proteger adecuadamente el cabello y cuero cabelludo de la exposición solar, la puede llegar a agravar de manera alarmante. Mi experiencia es que el cabello se cae con mayor intensidad que sí se ha cuidado, porque está muy debilitado tanto en su raíz como longitud. Desde que cubro mi cabeza bajo el sol he comprobado como la caída de cabello en otoño es menor.
El aspecto del cabello sometido día tras día a los rayos solares queda desvitalizado, seco y pajizo. Puede que se aclare, pero su calidad estará muy perjudicada. Por mucho que restauréis después con mascarillas, ¿no será mejor no dañar? Pensad por un momento en vuestra piel. Exceso de sol sumado a efectos del cloro y la sal. ¿Podría resistirlo? Entonces, ¿por qué pensáis que vuestro cabello puede hacerlo?
Si además tenéis un cabello fino o no abundante, el cuero cabelludo está más expuesto y padece los efectos del sol de manera muy parecida al resto del cuerpo, y por tanto puede tener el mismo riesgo de sufrir melanoma. ¿Os vigiláis el cuero cabelludo como el resto de vuestra piel? ¿Sois capaces de saber que no tenéis un lunar o de que no os aparece uno nuevo? Ahí no llegan nuestro ojos como al resto de vuestra piel.
Soluciones
Un sombrero protege y hace que el pelo conserve nutrición, hidratación y salud. Borsalinos, campana, pamelas… podeís elegir la forma y el estilo con el que mas os identifiquéis, recordando que no solo es un complemento favorecedor y estiloso; es también altamente beneficioso.
Si lo que queréis en verano es conseguir unas mechas o betas más claras no intentéis hacerlo por el método de someterlo al sol, podéis pedir a vuestro peluquero que en verano os dé alguna mecha suelta más gruesa y clara en las zonas más visibles para dar más luz y efecto veraniego
Por último, si os resistís a utilizar sombrero, podéis recurrir a los protectores capilares para el sol. Rene Furteter tiene uno de los mejores, el Fluido Solar Protector KPF 90, efecto natural, que no engrasa nada. Pero no olvidéis ser constantes en su utilización.
Al menos una vez por semana se debería aplicar una mascarilla. Sí sois perezosas para aclarar, podéis utilizar la nocturna de Rene Furterer, mientras dormís y no necesita aclarado. Aporta 8 horas de nutrición, efecto "barrera protectora", capta, retiene el agua y proporciona más flexibilidad. Tiene textura fundente, enriquecida y con tacto seco, sin sensación de apelmazamiento.
Sería ideal volver con la misma o mejor calidad de cabello con que vais a iniciar las vacaciones, eso os ahorrará el mal trago de experimentar las consecuencias en otoño y de poder iniciar la vuelta victoriosas. ¿Creéis que podéis conseguirlo?
Imágenes | Free People
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